
La vida del cristiano pasa por tres etapas: Justificación, Santificación y Glorificación.
La primera de ellas es la justificación, la fe le fue tomada por justicia a Abraham en el momento en que creyó “Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia” Romanos 4:3 Lo mismo pasa hoy, al que cree que Jesús murió en la cruz para salvarle de la paga del pecado, que es la muerte, su fe le es contada por justicia, Romanos 4:5 desde que creímos en Cristo, cuando dejamos de confiar en nuestros propios esfuerzos y pusimos la fe sólo en Él, el pago que merecíamos por nuestro pecado ha sido justificado con base en su obra perfecta en la cruz, y nos declaró justos ante Dios. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1.
Justificación es ser perdonados de nuestros pecados, es el acto de recibir la justicia de Cristo pagada por su sangre, esto es algo que se nos da por gracia, no por alguna obra que nosotros podamos realizar, la justificación abre la celda del pecado del cual éramos esclavos, hoy por esa gracia inmerecida somos libres, somos justificados ante Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Segunda etapa: Santificación.
Santificación no significa beatificación sino poner algo aparte, somos apartados para Dios, todos los creyentes entran en esta etapa cuando son nacidos de nuevo “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” 1Corintios 1:30.
Cristo es el que produce en nosotros el querer como el hacer, Él es el que santifica, transforma nuestra mente; la santificación comienza por el convencimiento de una nueva vida en Cristo, la cual lleva a cabo el Espíritu Santo en nuestros corazones, no es una doctrina de superación personal o de mejor comportamiento, sino de un nuevo propósito y éste a su vez produce un nuevo comportamiento en el cristiano, porque dice el Señor: Así que, por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:20.
Las Escrituras nos enseñan que estamos llamados para vivir vidas santas apartados del pecado, “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” 1Tesalonicenses 4:7. No porque somos salvos y justificados eternamente delante de Dios como dice Juan 10:28: y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano; No es excusa para continuar en el pecado del cual hemos sido rescatados. El Apóstol Pablo nos exhorta en Romanos 6:1-2 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Por esto, debemos de pedir a Dios que día a día nos ayude a rechazar los deseos de la carne, porque mientras estamos en este cuerpo estamos expuestos a ellos. "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6.
La tercera etapa es la glorificación del cristiano, esta es llegar a ser a la imagen de Cristo Jesús. Es tan seguro que va a suceder; que el apóstol Pablo se refiere a ella como algo que ya ha ocurrido. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. Romanos 8:30.
La glorificación es lo que espera a todos aquellos que han pasado por el proceso de justificación y santificación. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 1Juan 3:2
Entonces este proceso se resume así:
Justificación: Dios me hizo libre, el día que creí, de la paga del pecado que era la muerte en mi espíritu (pasado), Santificación: Dios me está haciendo libre del poder del pecado en mi mente (presente), Glorificación: Dios me hará libre de la presencia del pecado en mi cuerpo (futuro).
Hemos sido justificados ya, y día a día estamos siendo santificados, preparándonos para estar en Su presencia por toda la eternidad, hoy nos alegramos en la esperanza de poderle ver a Él cara a cara.
Y.B.G